viernes, 25 de julio de 2014

- Capitulo 6 -

- Un último deseo -

"No me matéis. Iros. Dejadme en el cuarto de donde salimos, atrancad la puerta, pero iros. Por favor iros.

 Me transformare en una bestia pero no quiero que seáis vosotros los que me matéis. Ni siquiera quiero que me veáis. Salvaros. Conseguid escapar... 

Gracias... Gracias por todo"




Esas palabras resonaran en mi cabeza día tras día hasta que toda esta pesadilla acabe.


Gemma te echare de menos. 








(GEMMA: persona totalmente real, una amiga genial a la cual la quiero un monton. Espero que no se enfade por haberla matado. Gracias por ser como eres)

-Capitulo 5-

- Un paso del cielo al infierno -


Una luz desenfocada, tenue y blanca me deslumbraba. ¿Estaba en el cielo?


Poco a poco fui abriendo los ojos, se fueron amoldando a la luz, cada vez veía mas nítido y conseguía diferenciar algunas formas.


En ese momento me percate de que no estaba en el cielo, seguía en el mismo infierno en que la tierra se estaba convirtiendo.

Estábamos en una sala, completamente diferente a la de antes, era un poco mas grande pero igual de oscura, no sabia en que parte del edificio estábamos o si seguíamos en el mismo edificio.
Había mas gente, eramos como cuatro personas más que antes. Me incorporé, me apoye a la pared evitando perder el equilibrio e hice un reconocimiento visual de todo sin articular palabra.

Ellos me miraban, yo les miraba, eran tan normales como nosotros, no tenían ningún síntoma de transformación ni nada parecido. Estábamos "a salvo".

Los conocía, daba clase con ellos, el primer chico era Ivan, educado y estudioso con una gran imaginación, Marina, tímida callada pero siempre al tanto de todo lo que pasaba y con una personalidad bastante peculiar, Diego, aparentemente algo empanadete pero gran amigo y por último, Fede, estudiosa y con un gran carácter.

Rápidamente busqué a Gemma con la mirada. Tenia que saber si todo estaba pasando realmente, y, efectivamente.  Me abalancé sobre ella sin pensármelo dos veces, ella lloraba, estaba pálida, sudaba y se desangraba del desgarro de su brazo.

Que hacer? Nadie lo sabia.

Nos pusimos a discutir entre todos que era lo mejor, estaba infectada, tarde o temprano ella seria una amenaza para nosotros, nos querría matar, ¿que era mejor matarla o dejarla?... no sabíamos que hacer. 

La mejor elección,  dejarle elegir ya que era lo mas coherente que podíamos hacer. Dejarla elegir que hacer.

 Darle un último deseo.