martes, 24 de junio de 2014

- Capitulo 4 -

- Sin esperanza -

Alzó los ojos, nos miró con esa mirada perdida,  claros ojos azules, casi blancos y mientras tanto de entre sus dientes caían unas finas lineas de sangre.

Inmóvil frente a la criatura, la miraba atónita, no podía moverme, estaba clavada al suelo. Unos fuertes gritos a mi espalda se clavaban en mis oídos como agujas, pero, aun así yo permanecía inmóvil sin saber que hacer, era una presa fácil dado el pánico que me invadía.


Un fuerte tirón en el brazo me saco de golpe de la prisión que había resultado ser el miedo. Corría o me hacían correr, pasó todo tan deprisa. Volvíamos hacia donde habíamos salido, aporreando las puertas, armando estruendo, a ver si había suerte y alguien nos abría, pero sin éxito, estaban vacías...

No podía creerme que todo se fuese a acabar ahí, 17 años e iba a acabar desmembrada por un ser que antes había podido ser mi compañero de clase, mi amigo y en el peor de los casos yo podía convertirme en el ser que tanto asco y repulsión me estaba dando.

Esa cosa nos perseguía aunque no conseguía darnos  caza, era torpe, se caía y resbalaba con la sangre que su boca escupía. Volví al cuarto de donde habíamos salido, aporreaba la puerta, la empujaba intente abrirla a patadas pero era inútil, estaba completamente cerrada.

Un grito sordo y un fuerte golpe llamaron mi atención, me di la vuelta y me fijé que el  la cosa se encontraba en el suelo al lado de Lidia tumbado, traspuesto pero no muerto, Gemma sentada en el suelo. La mire, de su brazo salia una gran cascada de sangre, le habían desgarrado gran parte del antebrazo, su piel colgaba muerta de el y la marca de un gran y profundo mordisco se apreciaba bajo tanta sangre. Lo ultimo que recuerdo son gritos, lloros y chillos, mi corazón se para y no puedo aguantar tanto surrealismo.

Caí al suelo, me desmayé, es lo ultimo que recuerdo.

Una luz desenfocada, tenue...


Continuara...

Dejad vuestros comentarios sobre que opináis y lo que mejoraríais del relato, aprendo de los errores, estaré encantada de leerlos y contestarlos, GRACIAS :'3






martes, 17 de junio de 2014

- Capítulo 3 -

Un tenue rayo de esperanza...

Un leve suspiro puso fin al silencio que invadía aquella pequeña sala.


Hacia ya una hora larga que nadie hablaba. Tampoco oíamos movimiento en el exterior. Las gotas de sudor caían por nuestras frentes, deslizándose por las mejillas hasta llegar a la fina línea de nuestras mandíbulas, para terminar cayendo en un abismo.
Comenzamos ha hablar en susurros ya que no sabíamos donde estaba la criatura o las criaturas en el exterior. No sabíamos a que nos enfrentamos, sólo que teníamos que salir.
Decidimos echar a suertes en que orden saldríamos, necesitábamos salir como fuere. Teníamos pánico, podía hasta olerse en ambiente, no teníamos ni idea de que era lo que estaba pasando.


Lo que toque toca. La primera en salir sería Alba, luego la seguía Gemma, yo, Lidia y Guiomar. Un orden, discutido, pero, la que mandaba era la suerte. Nuestra misión era algo peliaguda, atravesar el pasillo de la clase de fotografía, llegar al fondo y bajar por las escaleras sin hacer ningún ruido que nos pudiese delatar.

 
La mano de Alba se deslizó suave y cuidadosamente por la fría manilla de la puerta, procurando evitar el más mínimo ruido que delatase nuestra presencia. Esas gotas de sudor que caían al abismo hasta chocar con el suelo era casi como un estruendo en el silencio. Nuestra respiración se entrecortaba a cada milímetro que la manilla avanzaba su ineludible curso hasta abrir la puerta.

Salimos pacientemente por la puerta, sin hacer ruido alguno, con cuidado, una a una, paso a paso... 

Un golpe sordo puso fin a nuestro silencio que tanto nos había logrado conseguir. Un desliz, la puerta se cerró pegando un portazo. Rápidamente con un gesto casi instantáneo nos miramos gritándonos con la mirada. Nos abalanzamos sobre la puerta, pero,se había cerrado, no había manera de volver ahí, no había vuelta atrás.

Optamos por continuar por el pasillo, era largo y apenas unos tenues rayos de luz entraban por las ventanas de la parte superior, permitiéndonos adivinar por donde caminábamos. Paso a paso alcanzábamos el final. El largo pasillo continuaba hacia unas esperanzadoras escaleras.

La luz era cada vez mas intensa a medida que nos acercábamos a las escaleras. Los grandes ventanales dejaban pasar la poca luz que quedaba, estaba oscureciendo, pero aun teníamos posibilidades de cumplir nuestro objetivo.

Unos gruñidos escalofriantes se abrían paso ante el tenso silencio que habíamos creado. Poco a poco se percibía mas alto,a estos se unían jadeos y pequeños crujidos, a decir verdad, algo desagradables al oído.  

Al doblar la esquina donde asomaban esas tan preciadas escaleras encontramos lo que tanto miedo en películas y series nos había podido causar. Un ser totalmente repulsivo que había salido de una persona. Esa imagen nos descartó que pudiera ser siquiera un brote de rabia.

Ese ser estaba arrodillado inclinado sobre algo que parecía ser una persona, en el rellano del entresuelo, en las escaleras, sí, aquellas escaleras que nos mostraban tanta esperanza hacia la salida y que eran nuestra única vía de escape. 

Recordaré esa imagen durante toda mi vida, su piel era pálida de tonos verdes, su cara apenas era reconocible. De su boca salia una gran cantidad de sangre que se escurría por su barbilla y caía como una gran cascada al cadáver despedazado de una pobre chica. 

Gran parte de su cuerpo mostraba magulladuras pero también grandes desgarros de piel. Sus brazos llenos de mordiscos y sus manos llenas de sangre sostenían algo, no se percibía bien que era, pero seguro que pertenecía al interior de esa chica. 




domingo, 15 de junio de 2014

- Capitulo 2 -

El silencio indica la calma...

Nos miramos, corrimos, llegamos a uno de los edificios más pequeños del recinto del colegio. En su interior, por el camino apenas encontramos gente y si había estaban ya escondidos en las aulas.


Subimos las escaleras que conducían al primer piso, buscamos una clase abierta pero no la encontramos. Con gran rapidez ya habíamos recorrido el largo pasillo y desesperadamente habíamos roto la manilla exterior del baño y nos resguardamos allí, de manera que nadie desde fuera pudiese abrir la puerta.
Todos de pie en ese pequeño cuarto, nos mirábamos, no sabíamos que estaba pasando y esperando una respuesta todas miramos a Alba. Nos miro, tenía peor cara que nosotras, gotas de sudor se amontonaban en sus cejas y rodaban por sus mejillas, estaba pálida como la nieve y sus piernas torsionadas de una forma un poco estraña, acompañadas de unos temblores que la recorrían de los tobillos a la cintura. Era una imagen oscura, aterradora, tan aterradora como el pánico que ella sentia, ninguna eramos conscientes aun de lo que ella habia sentido y vivido en solo unos instantes.

Comenzó a explicarnos que durante la mañana un chico de su clase se había puesto agresivo, le había cambiado la cara de repente, se había puesto pálido casi sin más, había empezado a lanzar mordiscos al aire, el chico empezó a agredir a sus compañeros y varios salieron mal parados con algunos mordiscos, incluso dice que había intentado agredir al profesor, aunque sin éxito. El profesor les dijo que saliéran de ahí y que hasta que los servicios de ayuda viniesen nos buscásemos un sitio seguro y esperásemos allí.


Eso habíamos hecho, pero éramos cinco ratoncitos metidos en una madriguera sin salida y sin una ligera idea de lo que había en su exterior, sin nada que comer, sin nada con lo que defendernos de lo que fuese, los móviles no respondían y con desesperación que nos invadía todo el cuerpo.
Caímos redondos al suelo, nos mirábamos buscando que alguna dijese algo que pudiese solucionar la situación. Sabíamos que aquel sito era demasiado arriesgado para quedarse allí durante todo el día, había que salir aunque nadie tenía el valor para decirlo.


Se hizo un gran silencio, escuchamos pasos en el exterior, corrían, eran varias personas, aporreaban las puertas de las cases buscando a alguien que las abriese, sin éxito, llegaron a la sala de al lado la abrieron y se metieron allí, no sabíamos quién podía ser pero seguimos escuchando. Cerraron la puerta, pero no mucho más tarde quizá unos segundos que se nos hicieron eternos un fuerte golpe puso fin al silencio, un fuerte golpe que fue seguido de otro fuerte golpe.
Gruñidos y golpes, el miedo se apoderado de nosotras, sólo esperábamos que las puertas resistiesen y que sobreviviésemos en esa ratonera.



sábado, 14 de junio de 2014

- Capitulo 1 -

Queridas lecciones de literatura...


Quinta fila a la derecha, junto al radiador, en el segundo piso del aula 19 del edificio Goya. Clase de Lengua, sí, esa aburridísima clase de literatura en la que todo el mundo está medio dormido. 

Vaya royazo nos está metiendo, menuda chapada... Ella me miraba con esos enormes ojos marrones, yo la miraba también, se reía,una enorme sonrisa con la que enseñaba esos preciosos dientes. Me hacía una mueca para expresar su aburrimiento sin fin y yo se la devolvía, acompañándola de una sonrisa. Guiomar, la había conocido ese mismo año, era una chica alta, de largo cabello castaño y una gran capacidad para hacer amigos fácilmente. Era genial, nos daba vida y nos alegraba cuando teníamos un mal día. Una fila mas adelante estaba Lidia, una chica bajita,de cabello pelirrojo y pecosa, de carácter fuerte pero con una gran debilidad con el cine. A su lado, sentada delante mio, estaba Gemma, friki, una de las mejores, compartíamos muchísimas aficiones, era alta y vaga, de cabello castaño con grandes caracolitos. Ellas por el contrario, mataban su aburrimiento discutiendo y peleándose, como siempre.  

Era martes, largo martes, siete horas de clases, un sufrimiento, y más si mirabas por la ventana y vías comenzar esos bonitos y calurosos días de verano... Después de hacernos nuestras típicas muecas de aburrimiento para pasar el tiempo comenzamos con las notitas, típicas notitas de adolescente, aunque vaya... no nos contábamos nada que no supiésemos, nada interesante en realidad. El profesor seguía enfrascado en la novela pastoril y nosotras pensando ya en el fin de semana, en que hacer a la salida, que ilusas, no teníamos ni idea de lo que iba a pasar horas después. 

"Concentradas en nuestra lección de literatura" comenzamos a oír ajetreo en los pasillos, pero bueno, nada fuera de lo normal una hora antes de un recreo. Toco la campana, recogimos, metimos todo en nuestras mochilas y justo al abrir la puerta la secretaria entró, como una bala. Parecía algo nerviosa, debía haber tenido una mañana algo movida, paso y comenzó ha hablar con el profesor. 

Nosotras salimos y fuimos a la cafetería del insti a seguir con la rutina. Allí cada uno se compro su bocadillo y su café. Los que fumaban se salían fuera y los sanos como notros nos quedábamos dentro. 

Como cada mañana ahí estaba él, el gran amor de mi vida, alto, fuerte, con ese pelo color ceniza, de ojos grandes y marrones, con ellos me veía el alma, con ellos te decia todo, de sonrisa perfecta. Jugaba al ping-pong con sus amigos. Cada día lo miraba y me enamoraba mas, pero vaya, tontadas de niña adolescente, algo imposible.

Era mi amigo, hablábamos de juegos, pelis, series, nos reíamos y nos mirábamos pero nada mas, exclusivamente eso, lo tenia muy asumido, el era tan solo un amigo.

Salimos de la cafetería, caminaba mirando al suelo, escuchando como mis amigos hablaban, hablaban de pasar el verano en Castellón, nos montábamos nuestras ilusiones. De repente se callaron se hizo silencio, alcé la cabeza, la gente comenzó a chillar y a correr, no sabíamos que pasaba, Alba, una amiga nuestra salió del edificio de donde procedían los gritos. 

Corriendo se acercó a nosotros, en su cara podia verse reflejado el miedo. Nadie sabíamos que pasaba. Ella nos dijo que corriésemos, que no preguntásemos hasta estar seguros, que buscásemos un sitio tranquilo y allí esperásemos.